"Es asombroso como crecen las mentiras. Uno empieza con una pequeña mentira que parece fácil de ocultar, pero de pronto se encuentra acorralado y cuenta otra. Luego otra. Al principio la gente le cree a uno, reacciona de acuerdo con las mentiras, y a uno se le ocurre que ojalá hubiera contado la verdad." - John Grisham.
Este fue definitivamente un libro de sentimientos
encontrados. Explico porque y advierto de posibles spoilers.
Desde las primeras páginas, me enganchó. Quería leerlo tan
rápido como pudiera, quería saber más y más y, por supuesto, tenía ya un final
en mente. De repente comenzaron a ocurrir algunas cosas que no fueron de mi
agrado, tanto así que leerlo pasó de ser un placer a una tortura, me molestaba
con lo que iba leyendo, me causaba indignación por lo que decidí hacer algo que
solo había hecho una vez en mi vida y había prometido no repetir, buscar el
final del libro. Si, lo hice porque si no era el final que esperaba, pues no
pensaba seguir leyendo.
Resultó que, sin importar el final, estaba ya tan enganchada
con la historia que necesitaba terminarla y pues ¡me gustó!
Es un libro interesante, inteligente y aún dentro de su
ficción, bastante cercano a la realidad y a la naturaleza humana, para bien o
para mal.
En mi búsqueda del final de la historia encontré opiniones muy
malas del libro y muchas recomendaciones de NO leerlo o de parar si ya habías
empezado, comprendo de donde pudieron proceder porque hasta ahora me pregunto
si mi opinión hubiese sido diferente de no haber buscado el final y asimilarlo
antes si quiera de llegar a él. Aun así, si lo recomiendo, sobre todo a
aquellos que les gusta la política y desean hacer de este mundo un lugar
diferente.
Comparto también un caso que curiosamente escuché en CNN
cuando empezaba a leer el libro, de igual forma, una película que me recordó
bastante.
Espero estas líneas les sirvan si están es ese dilema en el cual
estuve yo, leer o no leer, continuar o abandonar y empezar uno nuevo, ya
conocen cual fue mi decisión.
* * *
La Apelación
La política siempre ha sido un juego sucio. Ahora la justicia también lo es.
En una abarrotada sala de un tribunal del estado de Mississippi el jurado pronuncia un veredicto totalmente inesperado: declara culpable a una empresa química por realizar vertidos tóxicos en el sistema de conducción de agua potable de la ciudad, lo que ha provocado la incidencia de cáncer más alta de la historia.
La empresa apela al Tribunal Supremo del estado, cuyos nueve jueces deberán confirmar o revocar el veredicto. Carl Trudeau, el propietario de la empresa, no confía en que emita un fallo favorable para él e investiga a cada juez. Aprovechando que hay una vacante en el Tribunal, decide presentar su propio candidato, aunque le cueste unos cuantos millones de dólares. Para eso se pone en contacto con una empresa que le selecciona un abogado joven y maleable. Le financian, le promocionan y le moldean a su gusto para que llegue a convertirse en juez del Tribunal Supremo. Su juez del Tribunal Supremo.
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